Las funciones ejecutivas son las encargadas de dirigir la conducta hacia un objetivo. Incluyen: la resolución de problemas, planificación, inhibición, generación y uso de estrategias, memoria de trabajo y flexibilidad de pensamiento.
Además, son las que nos permiten atender, codificar, almacenar y evocar la información.
Las funciones ejecutivas están estrechamente vinculadas a la atención y la memoria. El conjunto de estas habilidades cognitivas es lo que permite (entre otras cosas) que se lleve a cabo el aprendizaje.
Uno de los principales factores que afecta al desarrollo de estas funciones es la edad. Durante la infancia y la adolescencia se desarrollan y mejoran, en la etapa adulta se mantienen más o menos estables y según avanza la edad puede haber una disminución de las mismas.
Pero siempre se pueden realizar actividades de estimulación cognitiva para mejorarlas y/o mantenerlas.
Algunas actividades para estimular las funciones ejecutivas pueden ser:
- Juegos tipo palabras encadenadas o identificar en un lugar o dibujo palabras que empiecen por una letra o sílaba.
- Juegos tipo “stop” en los que haya que encontrar palabras pertenecientes a una categoría semántica.
- Deletrear.
- Memorizar listas de palabras.
- Unir puntos siguiendo instrucciones o números o letras.
- Continuar series.
- La torre de hanoi.
Es importante que los ejercicios se realicen en períodos cortos de tiempo y procurar plantearlos de la forma más lúdica posible. Cuando más interés y diversión despierten más efectivos serán.
¿Conocéis más ejercicios? ¿Tenéis alguna duda? ¡Os leo!