El Mindfulness es una técnica muy apropiada para trabajar (entre otros aspectos), la atención, la impulsividad y la relajación, con el objetivo de mejorar el aprendizaje y rebajar el nivel de estrés.
Hoy en día es más necesario que nunca, mayores y pequeños vivimos inmersos en una vorágine de actividades, responsabilidades, horarios, obligaciones… que acaban formando un remolino a nuestro alrededor provocando que funcionemos como máquinas multitarea que hacen mil cosas a la vez y no se centran en ninguna.
Todavía sigo escuchando frases como “estudio mejor con la tele”, “para estudiar me tengo que poner música” (sí, yo también las dije en su día); y son palabras que me hablan de la necesidad de aprender a estar, disfrutar y sacar partido del silencio, aprender a escucharse, conocerse y no juzgarse, a respirar hondo y prestar atención con la máxima concentración a la actividad que atañe aunque no sea la que más apetece en el momento, comprendiendo que nos ayuda a llegar a la meta que nos hemos propuesto, en definitiva, a quitar el piloto automático y prestar atención al ahora.
Con la práctica aprendemos a evitar los bloqueos por causa del estrés, a realizar tareas de una en una con la máxima concentración, y por tanto, sacando el máximo partido y aprendizaje de cada una.
Respirar aquí y ahora.
